me deslizo por los pisos removidos,
por la ondeante espesura de la vanidad.
El cielo se pone negro, y el viento azota los postigos,
la segunda noche de la primavera
procura traer agua, con una dramática puesta escena.
La sorpresa, las palabras, los abrazos,
los buenos deseos que impacientan
"yo estoy bien, eh?"
El cuerpo parece expandirse,
los mareos, el adentro revuelto
como en este atardecer ventoso,
que lleva semillas y mueve la tierra,
que lleva semillas y mueve la tierra,
transporta a un nuevo lugar
tan desconocido.
Y es esta incertidumbre tan feliz.
1 comentario:
me gusta. bastante.
:)
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