domingo, noviembre 30

Dispersa

1
al imperialismo lo inventaron,
primero,
las enredaderas.

2
Porque al comienzo,
sólo tan sólo fue la vida,
que se derramó
como el agua inquieta.

3
Solía pensar que la Tierra era
una pelota quieta en un baldío
que una vez se pinchó con un vidrio.

Que ese hueco mayor era la luna
cuando el farol de la calle le daba de noche
Y el sol lo hacía cuando era de día.

Que la vía lactea eran huequitos
que le habían hecho unos cardos al rodar.
Las otras estrellas las costuras.

Entonces la Tierra era la cámara de la pelota.
Y los terremotos eran porque alguno nenes
(dispersos, claro...)
entraban al baldío y jugaban con el universo.

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