al quinto salió
y por la noche
me encuentro
de nuevo
con el cielo violeta.
Supongamos que la ropa
tenga mas usos
escondidos,
lo intentamos.
Esperanzados con sicofármacos
suponemos que
este otoño
no vendrá tan lagrimeado.
Como no se acabó el mundo
damos por sentado
que este es
definitivamente
nuestro año.
Y cae de nuevo
otro día nublado,
los rocas menguantes
en la billetera...
por no decir contados.
La neura de mami,
al palo.
El principe azul
es un simple guaso,
mambeado,
como todo
ciudadano.
Ya estamos en marzo,
se viene el otoño
los sueños de cambio
amarillan los tejados.
La realidad,
de nuevo,
destroza el espejismo
imaginario
que el año nuevo
y el verano
prometieron
a destajo.
Vuelve la piel blanca
el frío por la mañana
el frío por la mañana
el acolchado de pluma
el saquito de lana
y la cruda realidad
del alma:
este año tampoco
este año tampoco
será una ganga.