No espera el granjero
que de la tierra seca
salga un brote;
ni del cielo azul
un gota de agua.
No se espera
estar borracha
sin tomar vino.
Ni verdades
de un curriculum.
Ningun ateo
sueña con la ayuda
de Dios,
ni el futbolista
lesionado
hacer un gol.
Nadie espera nada
de la nada.
Mucho menos yo
podría esperar
tu amable llegada.
Ni del banano
una pera,
ni de la noche
broncearme;
Ni del banano
una pera,
ni de la noche
broncearme;
ni de tu corazón
piedad.
Porque simplemente,
no tenés ni en el pecho
ni en la espalda,
piedad.
Porque simplemente,
no tenés ni en el pecho
ni en la espalda,
corazón ni entrañas
tenés una pera podrida
que te funciona de alma.
tenés una pera podrida
que te funciona de alma.